miércoles, 12 de enero de 2011

No ending battle

Como si acaso pudiera me enfrento una vez más a esta perra empeñada en verme sufrir. Es una bestia, pero sin pelos y sin garras, sin espuma saliendo de su boca en cataratas. Ella me toma por el pecho, lo presiona con fuerza con sus manos finas hasta impedirme respirar. Tiene una fuerza... extraña. Una fuerza que no le pertenece a esas manos, que ni siquiera le pertenece a ella y a esa cuerpecito tan delicado. Una fuerza más bien mía, y mientras más lucho...
Analizo la estúpida posibilidad de rendirme, y quizás lo hago por unos minutos -mientras lo analizo porque se complica seguir peleando mientras uno piensa seria y desesperadamente en rendirse-, pero es tan inútil.
Su fuerza disminuye con la mía a un punto tal que podría extinguirse, y aún así no puedo respirar. El simple hecho de intentarlo, el movimiento del pecho contraído en búsqueda de aire, le da fuerzas para seguir presionándolo. Me encierro en un sollozo sin fin, me consuelo, víctima y pobre de mi. Y dejo que la bestia actúe -tan delicada-, ahí, fuera de mi cuerpo; pero aún sigo sin poder respirar y una tristeza me carcome los huesos de tal forma que podría gritar, algo, alguna extraña expresión de sufrimiento, pero no lo hago. Solo sollozo, conservando un ritmo firme y calmado.
Es... una pésima melodía, me da nauseas, mareos y de ninguna manera hace cesar el dolor. Simplemente existe. Simplemente es.
La bestia me presiona con fuerza, pero al tenerme ahí rendida, ahí inmóvil, víctima y pobre de mi, sollozando; apenas le alcanza para eso. La bestia no tiene fuerza y yo sigo viva. Viva y en un sollozo sin fin y existiendo.
Pero me rindo a rendirme, levanto la cabeza y la empujo con lo poco que queda de eso que me dijeron que era mi dignidad. Y ahí cara a cara, la bestia recobra fuerza y me da golpes, golpes duros, golpes bajísimos. Pero esta vez me defiendo y mientras más fuerte golpeo, más fuerza le doy y es una batalla sin fin.
Y cada golpe, viene de vuelta y apenas empiezo a cansarme ella cede.
Quiero que termine conmigo de una vez por todas.
Que me destruya o que me deje en paz.
Vuelvo a rendirme y ella apenas me presiona el pecho. Y yo la miro a los ojos y le imploro que termine conmigo, pero no puede.
La puta vida no puede si yo me rindo.

jueves, 6 de enero de 2011

What if time...

Cuando dices presente, ya es mi pasado.
Y entonces, ¿cómo vivirlo?, si ya no es, si se ha acabado.
¿Cómo ser tu sombra y tu calvario? Ahora, si ya pasó. Si ya hay fuuro que fue presente y ya es pasado.
Cómo ser tuya si no puedo completar este instante del tiempo que me agobia y me recluye. Ahora, que ya fue, tus manos em preguntaban por qué me voy, por qué me fui. Ya basta.
Necesito pensar, por que no entiendo. No amor no entiendo por qué no puedo frenar el tiempo y asi quedarme en tus brazos. Y atorpecer el tráfico, el trabajo y la cena.
Dejame sola, porque no entiendo.
No entiendo amor, dejame sola.

Mejor te vas, mejor no estás.

Voy a adorarte,
unos segundos.
Y para más no tengo tiempo,
así que no me pidas.

Si el corazón se me acoraza,
no esperes que te entienda,
no esperes que me muera,
ni que te de llaves de casa.

Si estás buscando amor,
estás de más y es un error.
Yo puedo darte una canción,
y hasta comparto mi colchón.

Pero cuando amanezca,
recojes tus cosas en silencio,
-podemos tomar café-
y después te vas.

Y no quiero que llames,
para saber como estoy,
ni que dejes un teléfono,
para saber si pasas.

Sabes, mejor ni vengas,
porque a veces me olvido
-que te vas a ir-.
Y me ilusiono.