lunes, 5 de septiembre de 2011

La ciudad dormida

Cuando la ciudad duerme, hay una espera ficticia.
¿Cuántos de ellos estarán haciendo el amor,
o mirando una película y atragantándose con chocolate?
¿Cuántos de ellos estarán soñando un paisaje hermoso,
o en una pesadilla donde les pesan los pies y algo los persigue?
¿Cuántos de ellos estarán maniatados o amordazados,
o realmente sedados,
verdaderamente dormidos?
Todos, o la mayoría.
¿Cuántos tendrán los ojos apretados fuertemente,
y amanecerán con un dolor de cabeza insoportable?
Si es que despiertan.
Si es que los abren.
¿Y qué,
si yo,
sentada en mi ventana,
también estoy soñando?

domingo, 4 de septiembre de 2011

Rescate

¿Dónde estarás, querida? Que en esos ojos hay un abismo tan profundo. Quise encontrarte y me perdí, quiero recuperarte querida, y no te encuentro. Te recorro enfurecida, al borde de perder la paciencia y quizás la cordura igual o un tanto más que vos.
Y no te encuentro. Me cubro de tus brazos, busco intensamente en tus pupilas, pero te has ido lejos. Nos separa un vacío estructural, y unos cuantos años. Es que hace tanto, querida, que no te veo sonreír, que hasta he empezado a dudar que vayas a volver. Estoy dudando, tu imagen me persigue, me envuelve un miedo hacia mi propio futuro, hacia el mío mismo que podrá ser el tuyo también. Me aterra querida, me dispara en el pecho como una bala de cañón que me voltea de nuca en la tierra, y se hunde en mi estómago, me quita la fuerza para respirar.
Me estás pidiendo a gritos que te salve, y no te encuentro, no puedo verte siquiera, pensar que en esos labios hablás vos, dejar de creer que alguna cosa extraña te ha consumido e invadido tu cuerpo -o tal vez no tan extraña-.
Algún parásito te ha elegido de morada y nada queda por hacer. Estás perdida, querida. Maniatada en una sala oscura quién sabe dónde, avergonzada, ya lo sé. Encerrada en un lamento que no tiene fin, que no ha tenido principio, que simplemente se desarrolla, se me rebela, eterno y paralítico. ¡Que impotencia querida! Escucharte quejar desde tan lejos, correr a tu rescate y no encontrarte, no encontrarte en ninguna parte.