Esperando en el estacionamiento... ¿Cómo se puede tardar tánto en Alma Fuerte? Tan pequeño que le parece, todo a la vuelta de la esquina, al fondo a la derecha, a media cuadra de la plaza, o del boulevard que separa las manos contrarias.
Viene Verónica a buscarla, media Verónica como dice la canción. Porque si viniera Verónica entera sería un problemón. (Problemón), le causa gracia la palabra. Son tan parecidas que a veces asusta, porque uno se acostumbra a los hermanos y la crianza influye... pero no si la crianza fue distinta, no si se veían una vez al año cuando mucho; antes de todo esto, claro. Ahora se ven todos los meses y se cuentan las novedades, y pelean juntas contra ella y contra esto, que no se sabe bien qué es pero que existe. Inevitablemente existe.
Inevitablemente, inevitable... le hace eco en la cabeza, rebota contra las paredes, contra cada rincón del cráneo. Rebota de tal forma que siente presión y que le podría salir humo por las orejas.
Últimamente todo parece ser tan inevitable. El tráfico, el viaje en colectivo, las amigas que empieza a desconocer, la angustia, el miedo a estar sola, los desconocidos preguntando cómo estás, la gota que cae en el piso de la ducha creando un ritmo que a veces le recuerda a una canción, el tiempo, más que nada el tiempo.
Si sigue así no va a durar mucho, piensa. Comiendo lo que toca, riéndo cuando se debe, levantándose a fumar un cigarrillo entre pesadilla y pesadilla.
¿Pero qué otra cosa podría hacer?
Si tan solo...
Si acaso la cabeza le funcionara menos, si pudiera prenderse fuego unas cuantas neuronas y ser feliz.
Salir de shopping y ser feliz, emborracharse cada noche y ser felíz, aprobar el maldito exámen y ser feliz, tener un novio lindo y ser feliz, cobrar el sueldo y ser feliz, tener la vida resuelta y ser completa y absolutamente feliz.
Dinamitarse la cabeza, se lo imagina.
Abajo del banco donde está sentada hay un perro, ella no lo ve, pero siente como la cola se mueve y golpea las maderas.
Uno, dos, tres...
Imagina al perro comiéndose los pedazos de cerebro que tanto le están sobrando.
Dinamitarse la cabeza, uno, dos tres... uno, dos, tres... el perro podría comer.
Dinamitarse la cabeza, uno, dos... (bocina)
-Por fin
-Qué cara, vamos a fumar algo.
-Gracias
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