Mas bien traeme algo que sea impermeable a las lágrimas, algo donde pueda juntarlas y guardarlas para después, para cuando se me acaban y sólo queda un nudo seco en la garganta.
Algo que la bronca no pueda destruir en mil pedazos cuando me cae la luna, y pesa, como pesa la luna.

Traeme algo frio y áspero como lo es todo, no me mientas, no me vendas colores y milagros.
Algo que no esté vivo porque me da envidia, y no un peluche, porque juntan polvo y soy alérgica.
Traé alguna otra cosa porque sé que entonces todo esto que podrías traerme va a marearme y a hacer que el piso se empiece a hundir, yo con las uñas me voy a aferrar a lo que quede pero el sonido será insoportable. Me van a rechinar los dientes, empezará a faltarme el aire, la saliva se pondrá espesa. La calma va a agitar las paredes de ese nuevo hueco y ya ni siquiera habrá luz.
Yo sólo esperaré que me tiendas una mano pero estarán llenas de espinas y apenas intente sostenerme voy a empezar a sangrar.
La sangre y las lágrimas se volverán una sola cosa y ahí estarás vos, que te alejás.
Y yo lo entiendo y no te juzgo.
Entonces entendé vos, no traigas flores ni bombones.
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