miércoles, 21 de diciembre de 2011

Katze

Estaba acostada sin poder dormir, entonces se me ocurrió que quizás debías acariciarme el pelo hasta que lo consiguiera. Pero tu mano estaba tibia y me deslice sin resistencia hacia el sueño apenas la apoyaste en mi nuca.


Sonaría extraño que nunca hayas estado allí porque tu respiración era profunda y con un leve aroma a alcohol, que me sumergía en un sótano donde hombres fuertes hunden sus penas.
Te quiero, e inevitablemente, aunque pocas veces sepa algo de vos (como que tu mano está tibia o que tu aliento huele a alcohol). O si, te quiero, aunque los días se me pasan y yo que trato de entender no lo logre, y haya terminado por resignarme y entonces ahora sólo te admire, te observe azorada sin hacer muchas preguntas, valorando esa belleza como un regalo al que no le mires los dientes. Como si hubiera iniciado en mi presencia y no preguntes tanto que no hay nada que debas saber.
Pero los ojos, los ojos tan tristes. Si yo pudiera, realmente, si tuviera un poder por mínimo que sea para limpiar esos ojos.
Si yo tuviera, el poder que han tenido otros y los han entristecido. No preguntes tanto, pero de verdad, si yo pudiera, sí, si me dejaras, si no cerraras la puerta con dos trabas y me tuvieras esperando en la galería. Si me dejaras pasar en vez de salir cada unas cuantas horas para que yo no pierda la esperanza, para que siga sentada en el piso frío de la galería esperando que salgas...
Pero ya ves que no. No me dejarás entrar, ni responderás las preguntas y mucho menos me prestarás los ojos para que los limpie.
Pero entonces es cuando te quiero y ni siquiera se por qué, pero me quedo. Y te observo con los ojos bien abiertos, como sorprendida y lo único que espero es que te dejes observar.

Entonces despierto en el medio de la noche y tu mano tibia ya no está, y tengo la nuca helada.

2 comentarios:

  1. Me gusto mucho, en serio. El primer párrafo es genial: "Estaba acostada sin poder dormir, entonces se me ocurrió que quizás debías acariciarme el pelo hasta que lo consiguiera. Pero tu mano estaba tibia y me deslice sin resistencia hacia el sueño apenas la apoyaste en mi nuca."

    Un abrazo ;)

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