...de mi autoestima raquítica, sumergida en un mar de buenas
intenciones. De títeres, carrozas decoradas con insignificantes deseos de
mentira, superfluos, utópicos, idealistas.
Asesinos seriales de improntas desleales de otras vidas
caducadas, putrefactas, escondidas.
Hundidos en arena movediza, plagada de insectos que
componen, una melodía ajena a todo. Del otro lado, la serpiente, se retuerce,
se relame, inconsciente, egoísta, crítica, salvaje.
No me soporto, ya no.
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