domingo, 24 de agosto de 2014

Llovizna

Hay estos días en que uno se despierta con el corazón en las sienes y el entrecejo fruncido. Suelen coincidir con días tremendamente nublados y fríos, que no se animan a lloverse del todo.
¿Qué pasó con la felicidad potencial que me cubría anoche al acostarme? ¿Que clase de cosas oscuras y tristes estuvieron mis ojos observando por la noche? ¿Qué paseo me llevaron a dar mis sueños para despertarme así, tan cansada y triste de esa tristeza que es sólo resignación, esa tristeza con la que uno ya se amiga y aprende a convivir? Ay chiquito, prefiero tanto la furia, la violencia, a este dejarme caer de cuerpo blando, a este silencio que sabe que no hay nada que decir, que nunca habrá nada que decir que no sea: hola, perdón, me duele aquí. Y no hay nada que hacerle. Pantuflas, café, cigarros, una canción muy triste, sahumerios, algún libro triste también, que es decir romántico esta vez y la cama de colchas suaves y tibias.
Hay unas lagrimitas que se me escurren de los ojos, los ojos fijos en el cielo gris clarito que tampoco se termina de llover. Como desearía una tormenta chiquito, una enorme tormenta de viento y piedra e inundaciones que se lleven todos los trastos flotando. Pero llovizna chiquito, tan suave y parejo que parece que no va a parar nunca.

2 comentarios:

  1. Me siento confundido. ¿Será que como para los insectos es la luz de un foco incandescente es para los espermatozoides el óvulo de una mujer? ¿Cómo para los planetas es el sol? ¿Como para mí y todos, la libertad? ¡Hay Dios! ¡Apaguen esa luz! ¿No ves al sol ahí del otro lado? ¡Por Dios que apaguen esa luz! Se me revuelve el pecho, se me agitan las manos, me titubea la boca, quiero sentirte, quiero tocarte, quiero hacerte el amor, quiero que me enciendas como a tu óvulo, así, solo sintiendo, en la oscuridad. Que de un incendio se iluminen las almas todas de este Universo. ¡Apaguen esa luz! Quiero mirar la oscuridad, por favor. Apáguenla. Me da miedo. Me da rabia, quiero romperla y no tiene ella la culpa. ¿O sí? ¡Santo Dios! Ya me he redado con ella. ¡Apágala! Dios, te lo ruego. Quiero ver más allá de mi nariz, de mi ozono, de mi mar, de mi cielo, de mi tierra, de mi gas, de mis letras. ¡Apáguenla por favor! Quiero verte las entrañas. Quiero que quieras que se apaguen. Que se apaguen solas, como cuando se prendieron. ¿Quién las ha prendido? ¿Se prenden solas verdad? ¿Cómo hacen eso? Dios, ¿no quiero imaginar que tú las prendes, o si? ¡Oh Dios! ¡Qué desilusión! ¡Perdóname! ¡He pecado! ¡Mejor no las apagues! ¡Enciéndelas! ¡Enciéndelas todas! ¡Que ni un rincón solo y disipado de éste mundo, tú mundo, quede ya sin luz! Y perdóname, Dios, por cuestionar tus quehaceres cotidianos. Es que me creí como tú por un instante. Me creí capaz de imaginar algo nuevo y diferente. Me creí capaz de crear. Lo creí necesario. Como un espermatozoide y un óvulo. Como un planeta y el sol. Como el hombre y la libertad. Como mis aguas, mis tierras, mis gases, mi cielo, mi ozono, mis letras, mi nariz, pero; ¡Oh Dios! ¡Perdóname otra vez! Me creí dueño de tu creación. Enciéndeme ¡Oh Dios! En luz y en respeto. Ilumíname, te lo ruego, permíteme ver. ¡Hay Dios! ¡Es que me duele ésta libertad mía que tengo hoy! ¡Es que la lloro porque no soy libre! Dios, apágame ésta oscuridad, te lo suplico. Arrebátame la razón y la sensatez. Implántame en su lugar esa dulce timidez, la de contemplar. Tu creación Dios, es divina como tú. Es hermosa, Dios. Y como me perdonas te ruego me permitas; ¿Por qué has de crear esas luces? ¿Es que no te bastamos? ¿Es que nada te basta? ¿Es que las estrellas no te alcanzan? Es que tus entrañas son tan bellas, Dios. Se ven tan libres ahí arriba. Se ven tan bellas como las mujeres aquí abajo. Esas que portan los óvulos, Dios; ¿Llevan un sol dentro? ¿Son tan bellas por eso? Se ven muy libres, pero tan así no es. ¿Son libres las estrellas, Dios? Pero, Dios; aquellos árboles, ya hace mucho no duermen. ¿Duermen las estrellas, Dios? ¿En qué momento duerme el Sol? Dios: ¿Es que el sol siempre está dormido? Y ¿Qué es para el sol como para nosotros la libertad? ¿También es libre? ¿Qué es para el sol como para nosotros su luz? ¿Qué es para ti, Dios, lo que para nosotros eres tú?

    ResponderEliminar
  2. Emi muy lindo texto, amo los textos de lluvia y mananas grises.

    Abrazo grande desde aca

    ResponderEliminar