viernes, 10 de diciembre de 2010

Literalmente enfermiza

El buque parece lento, pero si te asomás por la ventana te das cuenta que avanza rápido y firme.
Pasó sólo una hora y media y Julio ya me mantuvo al borde de las lágrimas y hasta me sacó un par de carcajadas aprisionadas desde hace 5 días por los nervios y las vueltas.
Saber que no lo conocí, y que nunca voy a hacerlo me deprime. Hay algo tan fascinante en esto de la literatura. Algo que me atrapa y me impide alejarme de ella. Es como una prostituta de clase que me lleva a restaurantes finísimos y moteles de calidad y hace que pague cada centavo, sin darme cuenta. Aunque en verdad pienso que si existe alguna adicción sana, seguro que es esta. Pero aún asi hay algo enfermizo en la eternidad de los autores, en su vida infinita, impronta en cada página, en cada palabra. Dejando su huella ahí, al alcance de todos pero a la vez tan reservada, tan subjetiva, tan astuta, tan puta. Autores, poetas inteligentes que me llevan por caminos que ellos mismos abrieron y me hacen pensar exactamente lo que desean hacerme pensar.
¿Me estás escuchando? ¿o ya te dormiste?

Ya sé que no te interesa, es solo que Julio me hizo pensar... Con el libro, sí, con este libro. ¿Julio? ¿Cómo que quién es Julio? Julio es... ah deja, dormí, voy a seguir leyendo.

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