martes, 25 de febrero de 2014

Playa II

Hay una hora en la playa en la que ella se acicala, parece un gatito en su lona amarilla. Con la yema de los dedos se recorre el cuerpo, va quitando la arenita, de a poco las piernas, las caderas, la panza, el pupo. Despacio, despacito sacude los granitos que se han depositado en las costillas, y entre los senos, con el pulgar.
El sol la rodea en lenguetazos tibios, la brisa colabora en la misión. El pecho, los brazos, despacio, despacito, y ya está limpia, pulcra y llega al pelo, la cabeza, hunde las yemas y la siento relamerse más y más y más.

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