martes, 25 de febrero de 2014

Playa III

Si al menos las gotas corrieran hacia abajo, se deslizaran como es natural que todo se deslice... pero son como pequeños fantasmitas transparentes corriendo una carrera empecinadamente horizontal, viento en popa armando y desarmando su esencia, adhiriendo a la corredera a diminutas gotitas estáticas que aguardaban tranquilas y ahora ya son todo, mismo. Y otras van quedando apenas, como una huella viva del pequeño fantasmita que se aleja a toda velocidad y esperan, aguardan, al viento, al todo.
Si al menos las gotas corrieran hacia abajo, pero ni ellas. Y avanzamos, cruzamos la ruta 5 y vamos volviendo al todo, mismo. Nosotros sí caemos, porque la carrera es inevitable. Somos la gota que golpea el vidrio, la gota que estaba cayendo del cielo y se chocha el vidrio y conoce su destino pero espera al viento, al todo, mismo... y avanza.

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