sábado, 14 de mayo de 2011

Rakata-pum-pam

La vida es una habitación oscura en la que a veces entra un pequeño rayo de luz.
Las personas felices tenemos las pupilas dilatadas y podemos distinguir siluetas hermosas rodeándonos.
La vida es una habitación oscura repleta de obras de arte.
El resto de la gente se pasa los días mirando un pequeñísimo agujero en la pared.
Un pequeñísimo agujero por el que alguna vez entró un pequeño rayo de luz, que les dejó ver un par de obras hermosas.
El resto de la gente cree que las únicas obras son aquellas que el pequeño rayo de luz alguna vez alcanzó y que el resto de la habitación está vacía.
La vida es una habitación oscura y hermosa, en la que a veces entra un pequeño rayo de luz.
El resto de la gente se sienta al lado de un pequeñísimo agujero a esperar que alguna vez vuelva a entrar un pequeño rayo de luz, y se pasa los días lamentándose por esas pocas obras hermosas que no puede ver.
La vida es una habitación oscura, hermosa y muy fria, es una habitación helada.
Las personas felices, que tenemos las pupilas dilatas, encontramos entre tantas hermosas obras un ovillo y dos agujas; y nos tejemos un abrigo.
El resto de la gente está sentada esperando en frente de un pequeño agujero, y a veces entra un pequeño rayo de luz; pero no ven el ovillo porque quieren recibir todo el calor posible.
La vida es una habitación oscura, hermosa, muy fría, helada, donde hay obras de arte, hay un ovillo y una escalera.
Las personas felices suben los escalones, al llegar al final una voz les chista desde arriba, y al mirar, aparece un escalón más.
Las personas felices se desangran para subir ese último escalón y al llegar una voz les chista desde arriba, y así es cada vez.
El resto de la gente se sienta en un sillón muy cómodo que vió una vez entre unas pocas obras de arte, que está al pie de la escalera; porque una vez subieron un escalón y se les apareció otro.
Entonces el resto de la gente baja y se sienta en un sillón muy cómodo, mirando hacia un pequeño hueco en la pared, por el que alguna vez entró un rayo que les dejó ver un  par de obras hermosas, una escalera que no termina nunca y un sillón; y se lamenta.
Y al lado del sillón hay un ovillo y dos agujas pero el resto de la gente no lo ve porque quería recibir todo el calor de un pequeño rayo de luz.
En fin, la vida es una habitación oscura, con un pequenísimo hueco en la pared, por el que a veces entra un pequeño rayo de luz que hay que saber aprovechar. Muy fria, helada, con una escalera que no lleva a ningún lado y un sillón muy cómodo donde uno puede sentarse a esperar.
En fin, la vida es una habitación oscura donde se te dilatan las pupilas, hermosa. Muy fria, con un ovillo y dos agujas y una escalera desde la cual se pueden ver miles de obras de arte al mismo tiempo, y por suerte es cada día más alta.

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