viernes, 3 de junio de 2011

Encamados

Que si te vas dejes la frazada, porque cuando te vas hace frio y a veces por la noche una bola de cristal flota y me susurra cosas al oído, y a mi me espanta.
Quizás sólo la quiera para taparme hasta las orejas, y cerrar los ojos con fuerza para no poder escucharla. Pero dejala, por si acaso, y dejá de reírte también.
Deja la frazada y dejame en paz, que demasiado tengo con los miedos, que en medio de la noche abren la puerta y me preguntan si pueden dormir conmigo; y se me acuestan al lado, y me roban las sábanas y parte de la almohada también.
Pero dejá la frazada que a esa no la voy a compartir.
Dejá la frazada y dejate de despedidas, que estos miedos a la noche me patean y hasta se hacen pis, y no me dejan pegar un ojo y estoy tan cansada...
Dejá la frazada y dejame sola, que en esta cama ya somos muchos.

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