viernes, 22 de abril de 2011

Hoy te crucé

Hoy te crucé, eras, para resumir, 19 kilos menos. 19 kilos menos de dignidad, de eficiencia, del equilibrio perfecto, de mano dura y fuente de temor. Ya no asustas a nadie, aunque seguro, muy seguro, que ya nadie va a tomarte el pelo.
Hoy te crucé y ahora sos vos el que tiembla de miedo, peleando a capa y espada contra un dragón que escupe fuego, que casi nunca te levanta el ego, pero no te permite caer.
Hoy te crucé y caminabas despacio, contando uno a uno los pasos que faltan para llegar, tachándolos en tu libretita de bolsillo.
Hoy te crucé dopado y tartamudeando, aunque quizás ese maltrato intermitente, sea lo único vivo en vos.
Hoy te crucé con la cabeza atrofiada, una bala en pecho y unas cuantas más abajo, y un rencor insoportable en la mirada.
Hoy te crucé y espero volver a hacerlo mañana.
Aunque si te vas, ojala sea porque querés. Ojala no te lleve ella a ningún lado. Ojala la dejes esperando ansiosa, avanzando lento pero firme, arrasando con todo a su paso. Ojala no esté presente en cada fotografía y en cada momento. Ojala te vayas sin dejar ningún recuerdo.
Ojala que lejos te des cuenta que quise quererte, un par de veces, aunque implorabas no hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario