Hablabas del Che, de Fidel, de Marx y de los gorilas.
De actores famosos y películas excelentes.
Me hablabas de astrología, de la Vía Láctea y la Osa Mayor; de los glaciares y la minería a cielo abierto.
Del aborto, la 8113, los cárteles, del capitalismo.
Me hablabas del amor, la entrega, los celos, la obsesión.
Me hablabas de tus miedos, tus sueños, tus deseos.
De recorrer el mundo, de conocer Tailandia y Machu Pichu.
De yoga, reiki, tai-chi, angelólogas, de problemas y dudas existenciales...
Y yo me preguntaba, ansiosa, cubierta de expectativas, inocente; esperando una respuesta que me hacía temblar de sólo pensarla, ilusa y llena de temores como un niño:
¿Cuándo ibas a terminar de decir toda esa sarta de pelotudeces?
No hay comentarios:
Publicar un comentario