jueves, 17 de marzo de 2011

Tactless

Las pieles se rozan, las manos recorren los cuerpos agotados del andar -todo se funde en ese momento, todo es hermoso: la respiración agitándose, el sudor brotando por cada poro, los espasmódicos movimientos que buscan librarse y a la vez atarse más y más, formar un solo nudo con la otra piel, la ajena, que deja de ser ajena para dar paso a un todo. Una sola forma, un sólo ser, un sólo existir.-
Todo sucede en un segundo y ya han pasado horas. La lucidez escasea, los cuerpos se dejan llevar y bailan una danza confusa y espesa.

Ellos se miran, sonríen, se detienen un segundo,
pero no son ellos quienes lo hacen realmente. El tiempo mismo se ha detenido en el momento en que llegaron a esa cama, para poder apreciarlos.
Ella descansa, él acaricia cada rincón de su cuerpo, hablan en una lengua que sólo ellos podrán entender.
El tacto, el increíble tacto, el asomar de una caricia entre los labios de una sonrisa que es mas allá de esos labios, que existe hacia la infinidad y se proclama pura y entusiasta.
Que sabio es Dios, que no negó a ningún ser tan admirable sentido. Que permitió a toda piel el placer de otras manos, otro cuerpo intentando reconocer y poseer el propio.
Ellos se miran, sonríen. El tiempo quisiera seguir inmóvil pero ha llegado el momento de vestirse, de que esas pieles se cubran bajo la crueldad de unos paños que no les permitan cumplir su función -ni sus deseos-.
El tiempo quisiera pero las prendas se han acomodado minuciosamente en su lugar, han enceguecido a las indefensas pieles, y el tiempo no quiere -no- pero debe continuar.
Y las pieles quedarán ahí, mientras corre el tiempo que hasta hace un segundo estaba quieto, espectantes, enceguecidas, mientras ellos cubiertos de ropas, se miren, y se sonrían.

3 comentarios:

  1. Sí; tenías razón: era tactless el texto. No sé por qué no lo reconocí; al leerlo fugazmente en la feria sentí una tentación muy fuerte de reirme... Me gusta el texto. Te cuento que ni escribo ni tengo blog, así que no me podrás leer. Lo lamento.

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  2. si no le erro muy feo tenias una guitarra al hombro, o algo semejante

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  3. Tenía una remera verde, me estaba por ir sin ningún papelito y vos me dijiste "Lleva uno, ahí está la dirección del blog".

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